Horticultura tradicional y moderna juntas.

Lo secular y lo contemporáneo. Lo anual con lo perenne. El alto y el bajo mantenimiento, mano a mano. Una de mis pasiones como paisajista es combinar en un mismo espacio la horticultura que bebo de mis abuelos y de mi contexto más local con la jardinería moderna que viene de mis libros, estudios, viajes y del contexto generacional. Es quizá un rasgo distintivo en el que quiero profundizar.

De momento, siempre que puedo incluyo frutales en mis jardines (construí mi primer jardín experimental de arbustivas y vivaces en torno a un kaki y un membrillo jóvenes), reservo un espacio en los planos para huerto aunque sean tres modestos cajones y uno de los diseños por los que más me conocen es un huerto de flor cortada donde el ciclo de anuales, bienales, vivaces, gramíneas, frutales, árboles de sombra, siembras, plantaciones, recortes, cosechas… es profundamente enriquecedor.

También en este proyecto en las imágenes combinamos la horticultura clásica con la contemporánea, con un acompañamiento a los cultivos de temporada (tomates, berenjenas, cosmos, pimientos, amarantos…) de cinco tipos de gramíneas y carex, en sintonía con la caña Arundo donax y la propia fibra vegetal de los bancales elevados. Es un gusto verlo a pleno rendimiento.

Este verano he querido ir un paso más allá e introducir hortalizas dentro de los propios parterres de vivaces en algunos puntos de mi jardín como prueba. Es algo que le he visto hacer al equipo de Knepp Wilding en su jardín, pero de momento es complicado: no sólo por la diferencia en los requerimientos hídricos, de suelo, de abonados… también porque algo al ojo le resulta incoherente o chocante (es un problema de texturas, principalmente). Compartiré algunas fotos. De todas formas, es una idea a seguir explorando porque sí puede haber algunas asociaciones positivas que funcionen, por ejemplo la alcachofa que ya hemos visto en numerosos ejemplos de jardín tanto mediterráneo como inglés.